Integración del pueblo gitano: no hay  ciudadanos de segunda en Europa.

Alrededor de doce millones de ciudadanos de etnia gitana viven en Europa, una cifra  que convierte a esta minoría en la mayor de todas las que pueblan la Unión Europea. Sin embargo, los gitanos siguen siendo objeto de una discriminación sistemática  para acceder a la educación, la vivienda o el empleo. De hecho, a menudo ni siquiera  tienen acceso a la sanidad o a otros servicios públicos.

"Los gitanos son tan ciudadanos de la Unión Europea como cualquiera", dijo la eurodiputada  socialista húngara, Kinga Göncz, en la audiencia sobre integración del pueblo romaní  celebrada el pasado martes 30 de noviembre en la comisión de Libertades Civiles de la  Eurocámara.
La audiencia, que se alargó hasta el día siguiente, contó con la presencia de los comisarios  europeos Viviane Reding y László Andor, y con sendas representantes de las presidencias  rotatorias de Bélgica y Hungría, Kinga Göncz y Lívia Járóka, entre otros. En ella, se debatió  el proyecto de informe sobre la estrategia de la Unión Europea en la integración del pueblo  gitano.  Los participantes estuvieron de acuerdo en que, a pesar de la complejidad del asunto,  es una prioridad absoluta integrar a los gitanos en la sociedad europea. En este sentido, la representante de la próxima presidencia húngara y autora del proyecto de informe, la eurodiputada del grupo del Partido Popular Europeo Lívia Járóka, anunció que la inclusión
del pueblo gitano será una de las prioridades de la próxima presidencia.

Educación y empleo
La educación y el empleo son dos factores clave en la lucha contra la exclusión del pueblo  gitano. "La pobreza es transmitida de generación en generación entre los gitanos", dijo el  comisario Andor, para quien "debemos aumentar el empleo aumentando la educación". El informe de Járóka habla de este asunto como una inversión a largo plazo: en un periodo de veinte o treinta años, es más lucrativo integrar a los gitanos que sostener su modelo socioeconómico.

Tarea conjunta
Los asistentes a la audiencia aplaudieron el avance en la estrategia europea sobre el pueblo  gitano, en gran parte debido a que hace años no había ninguna estrategia. Pero apuntaron  que es necesario un plan de acción concreto.  El informe de Járóka habla de la necesidad de empezar el trabajo a nivel local. Un punto  en el que estuvo de acuerdo la comisaria Reding, quien también subrayó la importancia de involucrar a los veintisiete en la adopción de estrategias para resolver el asunto. "La integración de los gitanos está en la agenda de los Estados miembros", señaló, "pero no en
la práctica" de muchos de ellos. Con todo, se apuntó la necesidad de que el pueblo gitano  también se involucre en su propia integración.

Financiación

La principal preocupación en cuanto a financiar proyectos o campañas que favorezcan la  integración de los gitanos es establecer controles que garanticen que las ayudas se emplean  correctamente. Según el comisario Andor, "la mayoría de los Estados miembros ya  utilizan la financiación, pero a menudo lo hacen de forma incorrecta".  Una de las sugerencias que salieron a relucir durante el debate en la comisión de Libertades
Civiles fue que cada Estado elaborara informes periódicos para saber cómo se utilizan los  fondos de la Unión Europea destinados a la integración gitana, que ahora alcanzan una  sexta parte de los recursos del Fondo Social Europeo. 

La situación en Francia 

También se abordó durante la audiencia la polémica expulsión de gitanos planteada antes  de verano por el gobierno francés. Sobre este asunto, la comisaria Reding afirmó que Francia  ha cumplido con los requisitos de la Comisión Europea, pero añadió que se seguirá  estudiando la situación en el país galo. "La aplicación de la directiva de libre circulación es  la mejor protección", concluyó Reding.